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Otra de las actividades de verano, Tango en la Calle, que se desarrolló todas las noches de los miércoles de enero y febrero en el patio del Centro Cívico, llegó anoche a su fin. Y lo hizo siguiendo la tendencia con la que se había iniciado, sumando más vecinos a la propuesta que dejó la puerta abierta a una futura continuidad.

Tango en la Calle fue una movida gratuita de la Escuela de Tango Malajunta que tuvo el acompañamiento de la dirección de Cultura y rápidamente fue generando adhesiones no solo locales sino regionales, ya que vinieron milongueros de localidades de distritos vecinos a compartir la danza pero sobre todo un buen momento.

El mayor éxito de la propuesta radicó en la posibilidad de que los bailarines más avezados y los principiantes  intercambiaran experiencias , enseñándose mutuamente, y también en alentar a quienes les gusta el tango pero no se le animaban a la pista,  a que dieran sus primeros pasados. Todos fueron «profesores» y «alumnos» a la vez.

Incluso a medida que pasaron las primeras semanas y avanzó Tango en la Calle se empezaron a acercar vecinos con reposeras y sillas para disfrutar del espectáculo, consolidando todavía más la convocatoria.

Además de quienes concurren durante el año a la Escuela Malajunta, que encabezan Gonzalo Etcheverry y Marcela Lozano, se sumaron también en ocasiones la pareja Luna y Misterio (Hugo Altamiranda y Marcela Demaría) y Arrabaleras (Milagros, Martina y Alfredo Villalba), haciendo que las noches de los miércoles de 21 a 23 el abrazo del tango se extendiera..