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IGOAGRIO

Integrantes

CÉSAR DOMINICI – Guitarra y voz

NÉSTOR POLENTA – Teclados

GUSTAVO COLLADO – Batería

ADRIÁN ROBLES – Bajo

 

 

hISTORIA

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Comenzaron como Igoagrio y Las Crestas del Extrangulano en la ciudad Trenque Lauquen ( provincia de Buenos Aires), alrededor de 1978. Ellos tocaban un cierto Rock Progresivo experimental, fuertemente influenciados por Van Der Graaf Generator y Peter Hammill, algo no tan usual en aquel tiempo, cuando Génesis, Yes, ELP o el Jazz Fusión era lo más común dentro de los músicos progresivos de aquellos años.

César Dominici y Sergio Sáez fueron los guitarristas, Guillermo Robles en bajo, Gustavo Collado en batería y  Néstor Polenta en teclados. Alrededor de 1982, el vocalista Sáez y Polenta dejaron la banda, entonces los tres miembros restantes decidieron continua bajo el nombre de Sobrecarga, inspirados por la canción de Talking Heads «The overload».

A comienzos del año 2017 ellos editan su segundo trabajo denominado “La coronación del fracaso terrestre”, completando de esta manera la grabación de sus clásicas composiciónes de fines de los años 70’s y sumando a este nuevo disco 5 canciones nuevas.

La historia de Igoagrio, está centrada en Trenque Lauquen, localidad bonaerense ubicada geográficamente a 500 Km de la ciudad de Buenos Aires, en el territorio conocido como llanura pampeana. Entre los años 1976 y 1983, en coincidencia con la dictadura más sangrienta de nuestra historia, esta ciudad albergó un foco de resistencia cultural y fue referente de muchos artistas que “divagaban” por la provincia. Este foco fue creado (tal vez sin proponérselo) por un grupo de artistas que desarrollaron el concepto de creación colectiva en todas sus variantes. De esa “búsqueda hacia la libertad inconsciente”, surgió el mítico grupo de música “Igoagrio y las crestas de Extrangulano”. 
Este “movimiento” permitió dotar de connotaciones populares a géneros desestimados hasta ese momento: poesía, rock, teatro underground, plástica; creando un discurso de pertenencia para una sociedad tan heterogénea, cruzada por las inmigraciones y la religión católica y aislada culturalmente de lo que sucedía en el país y en el mundo. Luego vendría la compra de equipos y de un colectivo con el que realizaron giras por varias localidades del la provincia de Buenos Aires y del resto del país, en lo que constituye una verdadera odisea.
Esa nueva idiosincrasia-gestacional “rockera” y artística, despreciada en principio por una sociedad pueblerina pacata y acartonada, se convirtió pese a todo en semilla fundacional y funcionó como espacio de contención para la imperante angustia que se vivía en un momento oscuro de nuestro país, y permitió que Trenque Lauquen deje de ser una ciudad “donde nada pasa”. Para convertirse en un lugar donde… “Todo puede pasar”.
Hoy la ciudad se ha convertido en un importante centro de producción artística