Un amplio dispositivo de contención que demandó la realización de un trabajo articulado entre distintas áreas municipales e instituciones intermedias de la comunidad abocadas a la labor social, fue impulsado por la subsecretaría de Desarrollo Humano del Municipio, sumándose al fuerte quehacer encarado por el área de Salud desde el inicio de la emergencia sanitaria provocada por el Covid-19, cumplidos los primeros 100 días de actividad.
Este trabajo, que contó con el aporte de un grupo de voluntarios, permitió llegar a familias en situación de vulnerabilidad y a muchos adultos mayores que viven solos y necesitan asistencia para realizar trámites o acceder al servicio de salud, entre otras cuestiones.
La asistencia alimentaria, el trabajo en Casa del Niño y Pequeño Hogar, en los hogares para adultos mayores, Envión, los Jardines Maternales y el Servicio Local son algunos de los lugares y programas que se fueron adaptando al nuevo contexto, que desde el 12 de marzo pasado obligó primero al Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) y que desde hace unos días pasó a denominarse de Distanciamiento Social al haber ingresado como distrito a la Fase 5.
“El compromiso de los vecinos no tiene palabras, todos se mostraron dispuestos a colaborar en forma desinteresada, también las comisiones y comedores barriales y otros grupos, creándose así una red de contención sin precedentes”, comentó la subsecretaria de Desarrollo Humano, Cristina Ferster.
• DESARROLLO HUMANO Y DIRECCIÓN DE ASUNTOS BARRIALES
Desde el inicio del ASPO dispuesto por el Gobierno nacional para prevenir la propagación del Coronavirus, Desarrollo Humano, en conjunto con el área de Asuntos Barriales y Comunitarios, puso en marcha un “dispositivo de contención” para llegar a todos los vecinos cuyos ingresos se verían afectados drásticamente por el hecho de no poder salir a trabajar y cuya entrada económica depende básicamente de labores que realizan por día o por hora.
“El objetivo era que a nadie le faltara la comida sobre su mesa”, apuntó Ferster, señalando que con este fin se inició un trabajo articulado con las organizaciones intermedias y el sistema educativo para coordinar la entrega a domicilio de bolsones con alimentos de primera necesidad a las familias afectadas.
Como la Municipalidad contaba con movilidad y personal para brindar ese servicio, se acordó que el epicentro del trabajo serían las oficinas de la subsecretaría de Desarrollo Humano, en 25 de Mayo 44, y que desde allí se brindaría apoyatura a las demás estructuras.
Se habilitó una línea telefónica -de lunes a lunes de 7 a 20-, atendida por voluntarios y por personal municipal, quienes iban cargando información en un programa especialmente diseñado que permitía cruzar datos con otras instituciones solidarias para no superponer la ayuda y aprovechar al máximo los recursos disponibles.
“De esta forma se repartieron hasta 119 bolsones en un día, por ejemplo, cubriendo la demanda no sólo de la ciudad cabecera sino también de las Delegaciones, Subdelegaciones municipales y las comunidades rurales del distrito”, precisó la funcionaria.
Ante la necesidad de coordinar el trabajo de todas las instituciones y personas vinculadas con la labor social, Ferster comentó que “se decidió formalizar ese vínculo por medio de la Creación del Comité Social que reportaba información al Comité de Crisis Municipal, donde todas las instituciones que estaban colaborando y otros que manifestaban su voluntad de hacerlo, fueron convocados para proponer una agenda de trabajo común, más organizada, con información proporcionada por las mismas fuentes, recibiendo los aportes, dudas y sugerencias de aquellos miembros que no estaban tan empapados del accionar”.
De esta manera, desde el área de Asuntos Comunitarios y Barriales, a cargo de Mariana Singlar, se armó una agenda de trabajo y se pudo consolidar el entramado comunitario con una ingeniería que creó puentes con los principales actores involucrados: los propios internos de la Municipalidad (Gobierno, Desarrollo Humano, Salud y Defensa Civil) y los externos, como Educación Distrital, Consejo Escolar, Honorable Concejo Deliberante, ANSES, PAMI, Cáritas, Auditorio Cristiano Evangélico, ANIN, los partidos políticos, el CDR, Barrios de Pie, Cámara de Comercio e Industria, Sociedad Rural, CGT, CTA, Rotary Club y Club de Leones.
En esta línea también se coordinó con los diferentes grupos la confección de barbijos comunitarios para ser entregados a la población y alcanzar a todo el distrito.
Actualmente, con la flexibilización del aislamiento, las entregas ya no se hacen de forma domiciliaria (puesto que en muchos casos ocurrió que los vecinos no estaban en sus domicilios), a excepción de los beneficiarios mayores de 60 años.
Sumado a esto, como todos los años, se puso en marcha el Programa Invierno que per,mie proporcionar a los vecinos que lo necesiten y cumplan con los criterios establecidos, vales de leña y gas.
En el medio del dispositivo también se debió organizar la entrega de la Tarjeta AlimentAR, que contempló el procesamiento de la información enviada por el Banco de la Provincia de Buenos Aires, ya que sólo contenía nombre completo y número de documento de los adjudicatarios, y el envío a domicilio de las tarjetas por disposición del Gobierno nacional para colaborar con la merma en el ingreso de los grupos más afectados.
“Luego de dos días de incansable trabajo interno, funcionarios acompañados por empleados municipales se acercaron a los domicilios de 1.185 vecinos para hacerles firmar la documentación pertinente y entregarles en mano sus tarjetas plásticas, mientras que aquellas que por diferentes razones no fueron recibidas y tampoco reclamadas, la mayoría debido a cambios de domicilio, fueron devueltas a la sucursal local de la entidad bancaria”, comentó Ferster.