La huerta del CAPS Ameghino tuvo el viernes su primera cosecha: radicheta y rúcula, y está esperando que rindan las plantaciones de tomate, lechuga, zapallo, poroto, rabanito, ciboulette, zuchini, acelga, maíz y frutilla.
En la huerta trabajan tres grupos, el de los bastones verdes (disminuidos visuales), el de los pacientes del CAPS y el de los chicos que concurren a Apoyo Escolar, todo bajo la supervisión de las direcciones de Salud Comunitaria y Educación del Municipio, a cargo de Victoria Domínguez y Patricia Muñagorri, respectivamente, y el acompañamiento de Santiago Romero, del área de Economía Social que funciona en la secretaría de Producción, y del INTA.
Los tres grupos suelen reunirse los viernes para planificar las tareas que luego, turnándose, realizan durante la semana, fuera del horario laboral.
Aunque recién comienza, cada uno de los que participa de la experiencia se lleva su producción para consumo personal, familiar o para destinarlo a la venta.
“Es un trabajo hermoso y placentero; arrancamos con una sola pala y entre mujeres, pero estamos todos muy comprometidos y si bien la mayoría no sabía nada de huerta, recibimos una gran ayuda de la gente de INTA y de Santiago Romero, que nos guían”, cuenta Sol Rodríguez, del CAPS Ameghino y una de las huerteras.