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Un auditorio desbordado de público siguió con profunda atención e inusual silencio -sólo quebrado por las risas que acompañaron el desenlace de algunas anécdotas-, la charla intimista que el artista Nito Mestre mantuvo ayer (jueves) durante dos horas y media en la Escuela Municipal de Música, adonde presentó, con entrada libre y gratuita, su espectáculo ABCdario del  Rock, que coronó en el final interpretando cuatro temas «de esos que sabemos todos», como él mismo se encargó de definir, para recoger aplausos de respeto y admiración de toda la sala.

Entre el público que colmó la sala -no alcanzaron ni las sillas que se colocaron hasta en el hall de ingreso y hubo gente que se quedó de pie en los pasillos-, en su mayoría adolescentes y jóvenes en la época en que surgió Sui Generis,  estuvieron el intendente, Miguel Fernández, que antes había recibido en el Palacio Municipal a Mestre y su comitiva; el senador provincial Leandro Blanco y Valentín Miranda, secretario del Vicegobernador Daniel Salvador, quienes acompañaron al artista ya que ABCdario del Rock es una propuesta que ofrece el Senado bonaerense en distintas ciudades; la directora de Cultura, María Elena Bocca; y el director de la Escuela Municipal de Música, Daniel Virzi.

La escenografía montada sobre el escenario, un acogedor living, iluminado convenientemente para la ocasión y con muy buen sonido,  le dio inmejorable cobijo a la ágil, fluida y atrapante charla de Mestre, sólo interrumpida  por preguntas disparadoras de temas que hacía su interlocutor Mariano Irigoyen.

Además de amigo personal, Irigoyen fue su baterista hasta que perdió la audición -hoy compone canciones para chicos hipoacúsicos- y hace unos años se reencontraron en Mar del Plata.

A ambos anoche (jueves) y sobre el final, luego de que también respondiera algunas preguntas de los espectadores,  se les unió el músico René Mandole -otro gran amigo de Mestre que fue decisivo en un momento aciago de su vida para ayudarlo en la recuperación-, quien acompañó exquisitamente con su guitarra las cuatro canciones que cerraron el espectáculo: Canción para mi muerte; El tuerto y los ciegos (Casandra); Confesiones de invierno y El fantasma de Canterville.

Virzi expresó el orgullo que representaba recibir a Mestre en la Escuela de Música, algo que nunca se hubiera imaginado que iba a suceder, según dijo, y el senador Blanco continuó luego para contar que con ABCdario del Rock el ex Sui Generis ya se había presentado en 47 ciudades, casi en su totalidad de la geografía bonaerense, aunque también lo hizo en Chile, Colombia y otros países de Sudamérica, mientras que en la despedida el intendente Fernández le entregó el decreto que lo declaraba Visitante Ilustre de la ciudad y un obsequio de productos comestibles trenquelauquenses.

Entre uno y otro extremo, la apertura y el cierre, prácticamente sin que nadie abandonara la sala, Nito Mestre contó desde cómo se había formado Sui Generis («con Charly íbamos al mismo Colegio, en Caballito, él tenía una banda , aunque en esos tiempos se llamaban grupo, en el turno tarde y yo otra, en el turno mañana y un día nos juntamos») hasta por qué  se separaron («me estaba aburriendo, aunque cuando empezamos a hacer Adiós Sui Generis volvimos a reencontrar lo que se había perdido y hasta pensamos en seguir, pero nos hubieran matado») y la relación actual («no nos vemos seguido porque no me banco su entorno, sobre todo a su representante, y él lo sabe porque se lo dije, pero lo quiero mucho, para mí no es Charly, es mi compañero de colegio»).

Incluso anticipó a medias que con Charly, a quien calificó de «musicazo», tienen un proyecto  para hacer juntos «pero es sorpresa y no puedo decir más nada», aunque aclaró que no es reeditar Sui Géneris.

Mestre habló además de cómo se conocieron sus padres -su madre lituana pero criada en Dinamarca que cuando murieron los padres se vino a Buenos Aires con unos tíos que la terminaron abandonando, y su padre, un médico cirujano aficionado a la música que tocaba el violìn-, de su doble casamiento con la misma mujer, de su adicción al alcohol que justamente fue causante del divorcio e incluso lo llevó a estar internado y al borde de la muerte -ahora no toma hace 22 años-, de su hermoso vínculo con Mercedes Sosa -«León Giecco, Charly, Víctor Heredia y yo éramos sus protegidos», aseguró-,y  de su admiración por Los Beatles y de cómo conoció a Paul Mc Cartney -fue soporte en sus tres presentaciones en el estadio de River Plate-, entre otras muchas confesiones más.

Junto con un breve pero impactante video con imágenes de la época de la Dictadura y de un fragmento de la película La Noche de los Lápices, en la que los estudiantes cantaban canciones de Sui Géneris para darse ánimo durante el cautiverio, Mestre repasó situaciones vividas en el país y en Uruguay, donde una  vez fueron detenidos y castigados salvajemente luego de un show en el que cantaron Botas locas.