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Tras la finalización durante el día de hoy del último paso operativo técnico, en el que se viene trabajando en forma exitosa desde el martes e incluyó controles, verificación y prueba de encendido, al Municipio sólo le restará la resolución de un trámite administrativo, la habilitación correspondiente expedida por el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS), para la puesta en funcionamiento del nuevo horno pirolítico instalado en la planta del Prolim.
Personal especializado de la empresa Incol, proveedora del horno, se encuentra en nuestra ciudad desde el martes y un día después se sumaron operarios de Mega Ingeniería, la firma que ganó la licitación, hizo la conexión y colocó dos estaciones de regulación de gas, para poner el horno a punto y obtener el aval necesario de Camuzzi Gas Pampeana, que ya hizo la revisión y ahora debe librar el acta que el Municipio presentará la semana próxima ante el OPDS.
“Se está terminando la parte de la puesta en marcha y quedan unos retoques por hacer”, dijo esta mañana (viernes) Adhemar Enrietti, subsecretario de Servicios Públicos, quien estimó que el trámite administrativo para otorgar la habilitación definitiva podría demorar alrededor de un mes.
El funcionario señaló que “será la primera vez que Trenque Lauquen tenga un horno pirolítico con toda la documentación en regla”, ya que los anteriores, si bien fueron fabricados bajo normativas, “el OPDS nunca los pudo habilitar”.
El equipo del nuevo horno de última generación adquirido por el Municipio a la empresa Incol -radicada en San Martín, provincia de Buenos Aires- pesa en total unos 22 mil kilos y para descargarlo en el Prolim hubo que utilizar una grúa de gran tamaño.
Luego del montaje mecánico, se realizó la instalación electrónica del horno y posteriormente se avanzó con Mega Ingeniería en la conexión y colocación de las dos estaciones de regulación de gas.
La inversión de la Comuna únicamente en el horno pirolítico asciende 125 mil dólares, pero también desembolsó unos 2 millones de pesos en la estructura que lo alberga, un espacio que tiene 16 por 20 metros cubiertos con conexión de gas industrial e instalación eléctrica industrial.
Además cuenta con dos portones, una altura desde los cinco a siete metros y también oficinas y una sala de control. Son 320 metros cuadrados de galpón y 25 de oficina. Dos playones para el lavado y recepción de los vehículos de 220 metros cuadrados cada uno. También fueron conectados contenedores refrigerados donde se reservarán los residuos patogénicos. “Todas estas obras tiene las características y la seguridad de una instalación industrial”, comentó Enrietti.
“Una vez que nos otorguen la habilitación, al comienzo el servicio se dará únicamente a nivel municipal, con los residuos patogénicos del hospital y del geriátrico, y después, en una segunda etapa, para la que habrá que presentar otra documentación, se abrirá a los particulares”, explicó, y añadió que recién en un tercer paso se buscará dar cumplimiento al convenio que fuera firmado con intendentes de la región para establecer el primer consorcio en esta materia en la provincia de Buenos Aires.
Desde que los viejos hornos municipales no están operando el Departamento Ejecutivo recurre a una empresa privada «para que recoja los residuos patogénicos y se los lleve para la quema y disposición final, conforme a lo que dice la legislación provincial y nacional, con un gasto que a esta altura está cerca de los cuatro millones de pesos”, sostuvo Enrietti, quien consideró que también en el aspecto económico será importante conseguir la habilitación del nuevo horno porque ”el kilo de patogénico se paga a valor dólar y el dólar aumentó mucho, y eso hace que el servicio contratado se vuelva cada vez más caro”.
El Prolim contaba con dos hornos pirolíticos adquiridos en 1995 y en estos 24 años fueron reparados en varias oportunidades. Su vida útil se agotó hace muchos años sin tener nunca la habilitación de parte del OPDS.
Esos hornos servían para el tratamiento de los residuos patológicos de carácter hospitalario, como jeringas, guantes usados, restos de sangre, fluidos, elementos cortopunzantes contaminados y todo aquel material que hubiera tenido contacto con microorganismos potencialmente patógenos.
Con la incineración se obtiene la eliminación absoluta de los gérmenes y tóxicos sin dañar el medio ambiente ya que las cenizas que quedan luego del proceso son estériles e inocuas.
La puesta en funcionamiento del nuevo horno pirolítico es uno de los aspectos clave en el marco del proyecto del Polo Ambiental Integral que la Municipalidad inició en 2016 y pretende desarrollar a lo largo de los próximos años.
En el Polo Ambiental Integral se asentarán diferentes emprendimientos municipales relacionadas a la separación y ordenamiento de residuos sólidos urbanos y su puesta en valor para la comercialización como así también iniciativas relacionadas a la investigación y desarrollo.