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Cada una de las cuatro premisas -mirar, escuchar, bailar y compartir- con las que Tango en la Calle convoca cada miércoles a solas, solos, parejas, milongueros/as experimentados e iniciáticos, y vecinos en general, volvió a cumplirse al pie de la letra anoche (miércoles) en el patio del Centro Cívico.
Como cada semana, siempre de 21 a 23, esta propuesta abierta y gratuita de la Escuela Malajunta -con el acompañamiento de la dirección de Cultura y Educación- crece en número sobre la improvisada pista y también en el auditorio.
La primera hora, además, quienes quieran aprender los «primeros palotes» de la danza, cuentan con la asistencia de una profesora en el sector del patio descubierto, y la segunda pueden seguir ensayando en la milonga libre que se arma.
Tango en la Calle volvió este verano para dar vida a su tercera edición, luego de la pausa obligada de dos años por la pandemia de Covid-19, y se realiza durante los meses de enero y febrero.