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El profesorado de Historia y el Grupo Memoria en Marcha del Instituto de Formación Docente y Técnica Nº40 informa que la historiadora rosarina Berta Wexler será la encargada de cerrar las Sextas Jornadas de Historia Regional del Oeste Bonaerense, a realizarse los días 22 y 23 de abril de este año en el Auditorio del Centro Cívico.
Berta Wexler es Máster en la Problemática de Género de la Universidad Nacional de Rosario y profesora especializada en Historia (Universidad del Litoral.). Miembro de Número de la Junta Provincial de Estudios Históricos de Santa Fe y del Comité Editorial Revista Historia Regional, de Villa Constitución, Provincia de Santa Fe. También integra el Centro de Estudios Interdisciplinarios de las Mujeres (CEIM) de la Facultad de Humanidades y Artes de la UNR, y del Comité Académico Museo de la Mujer Argentina.
En su libro “Juana Azurduy y las mujeres en la revolución Altoperuana”, la historiadora demuestra que las mujeres condujeron y participaron en acciones de guerra, discutieron estrategias y asumieron consecuencias como la tortura y la muerte.
De acuerdo con la tesis que abona Wexler, hasta no hace tanto, la mirada de la Historia respecto de las mujeres y su rol en la época mencionada consistía, o bien en atribuirles cualidades, destrezas y sentimientos masculinos; o bien se las relacionaba forzadamente con la maternidad, de manera que se resaltaban sus capacidades reproductivas y se ocultaba solapadamente el rol político que estas mujeres jugaron. Por ejemplo, en Bolivia se festeja el Día de la Madre el 27 de mayo, fecha en que las Mujeres de Cochabamba, en 1812, participaron de un asalto al cuartel general en la ciudad ante un ataque de tropas reales en el cerro de la Coronilla. Eran treinta mujeres del sector popular –mestizas e indias– a las que el militar español José Manuel de Goyeneche dio la orden de matar como represalia. “Este colectivo de mujeres se desempeñó en los contextos público y privado de una manera que resultó novedosa para sus contemporáneos. En las luchas por la independencia se rompió con los cánones de la organización social de género de la época”, destaca la investigadora.
“La historiografía, como muchas disciplinas, ha estado construida bajo categorías analíticas androcéntricas. Es el hombre el centro y el eje sobre el cual giran, avanzan y se explican los sucesos históricos. Es el hombre quien protagoniza y le da importancia al desarrollo de la humanidad”, reconoce Martha Noya Laguna –directora del Centro Juana Azurduy, en Sucre, Bolivia– en el prólogo a la edición boliviana del libro de Wexler. “Los historiadores han logrado que el imaginario social asocie los hechos históricos importantes con el ‘hombre’, no sólo en un sentido biológico, sino enmarcado dentro de un concepto cultural y de género.”
Los bronces de las plazas argentas y los libros de texto que todavía se utilizan en clase son un claro ejemplo de esa historia oficial, contada en masculino, y jalonada sólo por las acciones heroicas de algunos varones. “Parecería que siempre estuviéramos embarazadas, pariendo o cocinando”, sintetiza la historiadora Fernanda Gil Lozano, integrante del Instituto Interdisciplinario de Estudios de Género de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA y coautora de Historia de las mujeres en Argentina (Alfaguara).
Las mujeres jugaron roles cruciales en cada uno de los procesos socio-políticos de nuestra historia. Muchas veces forzaron los límites de los cánones de su época que veía sus valientes acciones en el frente de batalla como “poco comunes para las de su sexo”. “La misma sociedad machista no las dejaba ocupar lugares. Por eso aparecen tan pocas. La historia del Alto Perú está cimentada sobre héroes y heroínas anónimas. Algunas, reconocidas por la historia como Juana Azurduy y las de la Coronilla. Estamos en la tarea de descubrir otras más”, cuenta Wexler.
La propuesta de esta historiadora consiste en resituar a las mujeres en la Historia de nuestro país, deslizarlas desde el lugar marginal al que fueron confinadas en los relatos tradicionales hacia el centro de la escena. Esta operación tiende no sólo a hacer visibles a las mujeres sino también a elevarlas a la categoría de sujetos dignos de la Historia, “entendida como un relato global que, aunque heterogéneo y complejo, pueda dar cuenta de los diferentes sectores que formaron en el pasado a la sociedad argentina, sin connotaciones androcéntricas ni prejuicios sexistas”.
El profesorado de Historia y el Grupo Memoria en Marcha del Instituto 40 adhiere a esta valiosa e innovadora propuesta, razón por la cual invita por este medio a estudiantes, docentes de Historia y público en general a escuchar a Berta Wexler el 23 de abril a las 18 hs., en el cierre de sus Sextas Jornadas.