Desde principios de este mes, todos los días a la tardecita y en la zona céntrica se comenzó a trabajar en un control biológico mediante la utilización de gavilanes para ahuyentar a las aves invasoras, en particular los tordos, que en grandes cantidades suelen buscar refugio y pernoctar en los árboles de la avenida Villegas con las molestias que esto ocasiona para los vecinos/as y comerciantes frentistas.
Esta actividad se enmarca en el convenio firmado por la dirección de Espacios Verdes del Municipio y el cetrero local Fernando Maggi, quien lleva adelante la tarea en pleno centro de la ciudad, iniciando por Villegas y Oro, para avanzar hacia Villegas y Pasteur en busca de cubrir gran parte de la zona céntrica.
Con su vuelo, lo que logran los gavilanes, al ser aves rapaces, es espantar y alejar las bandadas.
Desde el inicio de las acciones, y utilizando un ave por día (son dos gavilanes adiestrados), Maggi recorre las calles céntricas para intentar disuadir a los tordos, que viven en enormes bandadas que dejan a su paso una gran cantidad de suciedad producida por sus heces, algo que se puede observar en las veredas céntricas, brindando un aspecto desagradable, de suciedad y muy oloroso, que representa un riesgo higiénico y sanitario.
Si bien tienen hábitos diurnos, es común que a la tardecita los tordos se posen en la arboleda utilizándola como percha para dormir. En esta época del año, incluso, tienen una mayor presencia en nuestra ciudad y con las altas temperaturas el olor que se desprende de los excrementos, uno de los inconvenientes más fáciles de percibir, es muy fuerte.
El gavilán tiene un pelaje azulado en la parte superior y su dorso es blanquecino con abundantes franjas pardas.